domingo, 15 de febrero de 2009

Lo que más nos gusto fué lo bien cuidado que está este patrimonio histórico, aquí estamos en uno de los miradores.
Esta es una postal para todo el que pasa por la ruta, es todo vegetacion y de pronto aparece el fuerte que es algo impresionante.




Una fortaleza de gran resistencia, con forma pentagonal, aunque irregular, orientada estratégicamente con fines de vigilancia. La fortaleza fue protagonista de los desencuentros entre españoles y portugueses, entre españoles e ingleses, entre españoles y criollos, entre orientales y portugueses, y, una vez nacido el Uruguay como país, durante las guerras civiles, también cumplió su rol: aquí se refugiaron fuerzas de Oribe en la Guerra Grande. Finalmente, la Fortaleza fue abandonada, depredada y quedó a merced de las culebras y arañas. La arena de la zona llegó a taparla casi completamente. En 1928, el emprendedor arqueólogo Horacio Arredondo comenzó las tareas de su recuperación. Hombre lúcido, forestó también la zona, para que la arena no volviera a tragarse aquel tesoro. Los muros son de doble pared de piedra de sillería, unidos por estribos y rellenados por tierra y cascotes para resistir los disparos y vibraciones. Adentro de la fortaleza - de color anaranjado rojizo - hay construcciones dignas de ser visitadas:

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